san Mateo 23, 1-12

“Haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen”. Esta debe ser una de las frases más populares del evangelio. ¡Cuánta gente la cita con o sin motivo! Se cita cuando se ve un mal ejemplo de la jerarquía o los sacerdotes, se cita cuando no nos convence alguna parte de la doctrina … y se cita cuando nosotros mismos damos un mal ejemplo a nuestros hijos o vecinos.

De tanto usar las citas suelen perder su sentido. Se nos anestesia una parte de nuestra vida y por ella se escapa toda nuestra vida interior. Las frases del evangelio de hoy se usan más como armas arrojadizas que como palabras de vida. “Todo lo que hacen es para que los vea la gente”. Al final acabamos afirmando: “Yo hago lo mismo pero se me ve menos, con lo cual soy más bueno”.

“El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” Para justificar nuestra falta de vida cristiana solemos humillar a los demás: “El Papa ha dicho esto, ¿cómo se atreve si vive entre las riquezas vaticanas?” “El obispo ha dicho lo otro, … seguro que tiene algo que ocultar”; “El sacerdote ha predicado de lo de más allá, … pues yo conozco un cura que hizo lo contrario” … Se nos olvida que será el Señor el que ponga a cada uno en su lugar. No se trata de intentar poner “a parir” a los demás, de lanzar enseguida el “¡¡¡Y tú más!!!” para justificar nuestra falta de vida en Cristo.

Nuestra Madre del cielo cumplió siempre la voluntad de Dios … nos ponemos en su presencia, y haremos lo que Ella nos diga, con toda confianza.