Si algo recuero de mi infancia, con una sonrisa, sin ningún trauma, es que mi madre y mis abuelas siempre decían que era un desobediente, de hecho mi madre, cuando me meto en alguno de mis líos, un voluntariado acá, una peregrinación allá, un retiro acullá… repite siempre lo mismo, eres un desobediente desde que eras niño.
Tal vez habría que preguntarle a mis formadores o a mis superiores si soy desobediente. Bueno, pensándolo bien un formador me dijo una vez con cajas algo destempladas, tú, haces siempre lo que te da la gana, no obedecerás nunca, serás siempre un mal religioso. Tal vez tenía un mal día, o tal vez no, el día que me encuentre cara a cara con el Señor lo sabremos.
En cualquier caso, he de reconocer, que no soy muy dócil, efectivamente no me doblego fácilmente a los caprichos de los que mandan. Tal vez me pasa lo que al Cid, que buen súbdito si tuviese buen Señor. Pero tampoco es cierto, porque yo tengo el mejor Señor, el único Señor, el verdadero Señor.
Pero me pasa lo que dice el evangelio, que pese a confesarlo con todo mi corazón, con todas mi fuerzas, con toda mi alma como Señor de la Vida, como Señor de mi vida, pues no acabo de hacer lo que él me dice. A veces porque no me entero, a veces porque me hago el loco, a veces simplemente me faltan las fuerzas.
Menos mal que el Señor me tiene muchísima paciencia, y menos mal que me doy cuenta de lo desobediente que soy, que es mucho peor no darse cuenta. Si te das cuenta, con la ayuda de la gracia puedes cambiar, sino te dar cuenta… Así que gracias Señor por tenerme paciencia e ir domando a este potrillo desobediente, que necesita de tu caricia y tus cuidados para aprender a galopar en la libertad de tus hijos.
Querido hermano:
Edificar sobre roca es no improvisar, discernir, sacrificarse por lo bueno; reservar tiempos de calidad para estar contigo, para estar con Dios y para estar con las personas con las que vives: tu esposa, tus hijos, esposo, amigos.
Edificar sobre roca es perdonar, no alimentar recuerdos que nos dañan o rencores que nos paralizan. Edificar sobre roca es amar a corazón abierto, hasta que duela, hasta que tus actos sean reflejo de la misericordia de Dios.
Edificar sobre roca es saber que lo pasajero; como el dinero, la salud, tus seres más queridos, los bienes adquiridos, tus proyectos… Todo pasa. Por eso, edificar sobre roca es mirar con la profundidad de la eternidad; que no nos saca fuera de lo temporal y humano, pero sí nos compromete más; y nos ayuda a vivir desde la esperanza de saber que todo está en Dios, y que caminamos hacia el Dios de Jesucristo, en el que todo cobra sentido y significado.
Alimenta, diariamente, tu relación con quien da fundamento sólido a tu vida. Vendrán tormentas, lo caduco y pasajero terminarán, aun cuando pensabas que era lo más; pero, no temas, si estás edificado, edificada, en Cristo todo cobra sentido, y aun las cruces de la vida reciben luz y vida de Él.
Por eso no olvides de darle toda la gloria, la honra y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.
Reza cada día el Santo Rosario con la Virgen Maria, y en familia si es posible, o en comunidad. Pide por las personas perseguidas a causa de su fe: en Jesucristo. Y por la Paz en el Mundo. Tu hermano en la fe: José Manuel.
No lo sé si ha sido el Covi, el que ha cambiado las costumbre. Que si la mascarilla, respetar una cierta distancia, entre unos y otros… La costumbre del saludo con un amistoso apretón de manos, que siempre me pareció más sincero que el mua, mua, artificial, parece descartado. És una pena, nos hacemos, menos espontáneos, por el temor a pasarnos . Deseo dar las gracias por las ayudas recibidas y te bloqueas. Solo Tu Señor ,lo sabes y consuelas cuando sin parar te ruego mi deseo de desechar mis rarezas,