Estos días hemos asistido al fenómeno mediático global de los funerales de Isabel II, Reina de Inglaterra, a quien Dios tenga en su Gloria. Uno de los asuntos que nos ha tenido en vilo a los españoles ha sido el puesto que iba a ocupar el Rey emérito en el funeral de la Abadía de Westminster. ¿Se iba a sentar junto a su hijo, el Rey?, ¿lo pondrían en algún lugar más discreto, lejos de los focos, escondido, vergonzantemente?, ¿directamente no le deberían haber invitado?. Ha habido quienes se han inquietadao enormemente por estas cuestiones y se han escandalizado de ver al Rey en el funeral de su prima. ¿Cuál es el problema? Que no ha sido perfecto durante su vida, no ha dado buen ejemplo, ha cometido ilegalidades, pecados… si fuese por eso a lo mejor el funeral tendría que haber sido a puerta cerrada, sin gente, ¿quién está libre de pecado?. A lo mejor también habría que cerrar el parlamento español y varios ministerios, yo qué se. Si uno necesita ser impecable para poder ir a un funeral yo no espero a nadie en el mío.
Siempre hay quién se escandaliza de quién no es perfecto. Eso le pasó al pobre Mateo, que se escandalizaron de que Jesús le eligiese y se fuese a comer con él a su casa. Pero Jesús le defendió. «No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos». Estas palabras no solo fueron buenas para Mateo, sino también para los que se escandalizaban, y para todos nosotros, ¿o es que nos consideremos perfectos?. Qué bien, Jesús podrá elegirme y venir a mi casa y sentarse a comer conmigo, a pesar de mis pecados, más bien por ellos… y a mi funeral podrá venir quién quiera.
Querido hermano:
En este Evangelio no podían faltar los fariseos, los cumplidores, los que pusieran trabas al amor generoso y gratuito de Jesús al acoger y elegir a Mateo.
Jesús, no deja lugar a dudas: «No necesitan de médico los sanos, sino los enfermos. Entended lo que significa: “Misericordia quiero, y no sacrificios”. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».
Alguno decía: «Señor, perdóname, porque he perdonado demasiado, pero eres Tú el que me ha dado tan mal ejemplo»; y otro, el padre Leopoldo Mandic, ya santo, que algún compañero joven se confesaba con él y le dijo: «Padre, yo me confieso con usted, pero es demasiado generoso».
El padre Leopoldo le contestó: «Pero ¿quién es demasiado generoso? Hijo mío, es el Señor el que fue generoso. No soy yo quien ha muerto por los pecados, es el Señor quien murió por ellos».
Siéntete Mateo, experimenta la mirada de Jesús; una mirada de amor, de perdón, de lección… Y escucha: «Sígueme». Pues, síguele.
Sigue rezando cada día el Santo Rosario. Sigue a Jesús y a la Virgen Maria. Por los enfermos y agonizantes, rezo hoy el Santo Rosario. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Jesús, el Maestro encontradizo, el Señor Humilde del Perdón, el que Ama hasta la muerte, es quien nos va moldeando con su amoroso Perdón constante.
Porque «A quien mucho se le perdona, mucho ama», debemos regodearnos en las veces que Dios nos ha perdonado nuestros pecados y, darnos cuenta que el meollo del cristianismo se encuentra en el Perdón que Dios nos regala, cada vez que se vuelve a encontrar con nosotros.
El Amor de Dios perdona siempre, sin reprochar cosa alguna. Celebremos el Amor de Dios, con nuestro perdón al prójimo, sin reproches.
Esa es la proclamación del Reino de Dios. Hagamos como Dios, anteponiendo sus obras a las nuestras.
Siempre en oración de alabanza, de arrepentimiento o de petición, en torno a Jesús, María y José, como Iglesia pobre y misionera, como testigos del Amor Humilde de Dios.
ESA ES LA EXIGENCIA DE JESUS, SER «PERFECTOS» COMO MI PADRE ES PERFECTO!!! DE LO CONTRARIO, LOBOS VESTIDOS DE OVEJASSSS=99.9%INCREDULIDAD,JAJAJA
Te ruego Señor, Tu ayuda y Misericordia en mi intento de ser humilde. No me dejes de la mano y seguir Tu Camino que lleva a la Luz
El texto del Evangelio de hoy me hace ver que Dios no llama a los Santos a que lo siguen sino a pecadores como yo pues me recuerda mi vida pasada como andaba yo viviendo en todo lo que el mundo me ofrecían el Señor me hizo sentir y escuchar su llamado, sígueme es decir ve lo que hago y hazlo vívelo, vive amando a Dios en tus hermanos y ahora estoy en el Diaconado que me fue dado indignamente desde hace ya 14 Años para Gloria de Diosñ