Uno de mis filósofos preferidos es Descartes, pero siento desilusionarles, no es por la verdad del cogito o por el desarrollo matemático de los ejes de coordenadas o por la duda metódica, no, no, a mi, lo que realmente me apasiona de Descartes son sus dificultades para distinguir entre la vigilia y el sueño. Parece ser que la confusión le venía de su costumbre de filosofar acostado, especialmente durante su retiro en Suecia donde finalmente murió.
Más allá de lo anecdótico de la vida del filósofo francés, es cierto que muchas veces en la vida estamos completamente anestesiados, como dormidos, incapaces de reaccionar ante la realidad. Especialmente triste o fuerte resulta esto nos acontece en la perspectiva de fe, y hoy, el Evangelio nos pone en guardia ante esta situación.
En nuestra vida de fe, somos bastante de teorizar, incluso los sermones se ven salpicados de mucha «moralina» y de mucho consejito barato, que embota la mente y aleja de la realidad. Y no estoy diciendo que esto se haga con mala intención, todo lo contrario, se pretende espiritualizar todo separándose de lo cotidiano, perdiéndose en teorías y construcciones muy a nuestra medida que no tienen nada que ver con lo concreto del evangelio.
Perderse entre las ramas, y los formalismo es lo mismo que permanecer durmiendo, quedarse atascados en ellos supone perderse la vida, aprovechemos la invitación del Evangelio de Lucas que, en este sábado, nos invita, una vez más a abrir los ojos de la mente y del espíritu a la realidad, a no perderse en ensoñaciones que desvirtúan el Evangelio.
Querido hermano:
El Evangelio termina diciéndonos que estemos despiertos y que nos mantengamos en pie ante el hijo del Hombre. ¿Qué significa mantenernos en pie ante Jesús?
Pues, primero, que seas consciente que todo lo que eres y tienes, lo has recibido de Dios; y que la vida es pasajera y que en el horizonte de la misma está el encuentro, cara a cara, con Dios; que no olvides que nos examinarán del amor y, especialmente, con los más cercanos.
Estar de pie ante Jesús es saber que el amor vence al odio, y que no vale la pena guardar rencor, por eso, perdona y pide perdón.
Estar de pie antes Jesús es acoger al que llama a tu puerta y darle hospitalidad, es integrar al diferente, es hacer unidad en la diversidad, es poner por delante de todo la misericordia de Dios, es vivir desde la gratuidad.
Apuesta por la vida. Mantente de pie ante Jesús y sonríe, incluso en la adversidad. Reza cada dia el Santo Rosario, con la Virgen Maria Madre nuestra.
Tu hermano en la fe: José Manuel.
Gracias José Manuel por tus comentarios