MARTES 16 DE ABRIL DE 2024: DE LA III SEMANA DE PASCUA (ciclo B): YO SOY EL PAN DE VIDA

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».

Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

YO SOY EL PAN DE VIDA

Jesús en el Evangelio nos hace una promesa que para aquellos dubitativos seguidores suyos resultó sorprendente: “Yo soy el Pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed”.

Cada Eucaristía es un encuentro con el Señor. Toda la celebración es como un camino que recorremos con Jesús. La meta es permanecer unidos a Él y entre nosotros, y anticipar, aquí y ahora, el encuentro definitivo en su gloria. Estos son los distintos momentos:

1º/ Somos convocados por el amor de Dios Padre:

  • Formamos parte de un Pueblo, de una familia que es la Iglesia.
  • Nos reunimos en el nombre del Señor, que sale a nuestro encuentro, para celebrar el Misterio de la fe.
  • La comunidad cristiana prepara su corazón y su mente para vivir la Eucaristía en plenitud.

2º/ Escuchamos la Palabra:

  • Estamos atentos al mensaje que vamos a recibir.
  • Conocemos lo que el Señor quiere de nosotros.
  • Nos disponemos a hacer crecer nuestra fe con la Palabra de Dios.

3º/ Damos gracias y alabamos:

  • Nos ofrecemos al Padre, por y con Jesús, en el Espíritu Santo.
  • En la Eucaristía reconocemos la presencia de Jesús y su entrega por nosotros.
  • Alabamos y adoramos al Padre.

4º/ Recibimos el Pan de Vida:

  • En gracia de Dios recibimos el pan que nos alimenta.
  • Crecemos a imagen de Cristo Jesús.
  • Nos unimos más a Dios y entre nosotros.

5º/ Somos enviados a una misión:

  • Comunicamos el Evangelio de la Vida a todos los hombres.
  • Vivimos como hermanos en el nombre del Señor.
  • Somos colaboradores en la extensión del Reino de Dios.