Uno de los grandes temores de los párrocos -bueno, al menos mío. Es escuchar la frase: “Siempre se ha hecho así”. Además, con el poco sentido del tiempo que tenemos, algo que se ha hecho sólo cinco años seguidos se convierte en “Siempre se ha hecho así”. Si llegas a una parroquia en la que todos dicen la doxología en voz alta (lo de Por Cristo, con Él y en Él…), y dices que está mal hecho te dirán que allí “Siempre se ha hecho así”. En cosas pequeñas y en cosas más graves el encontrarte con el “Siempre se ha hecho así” acaba con todos tus argumentos y razonamientos.

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

Hoy no vamos a hablar del divorcio que “Siempre se ha hecho así” sino de los planes de Dios.

Dios quiere que todos los hombres se salven y llegue al conocimiento de la verdad y Dios no cambia sus planes por mucho que nosotros nos empeñemos en ello. Ya podemos intentar cambiar la doctrina, la fe, las costumbres, la Tradición (con mayúsculas) …, que Dios no va a cambiar sus planes, pues son los mejores y mejor hechos.

Un corazón dócil y fiel al Señor, sin quejarnos unos de otros que el juez ya está a la puerta. Algunos anunciarán los frutos de la dureza del corazón de los hombres, querrán pactar con el mundo lo que es la salvación…, pero por mucho que se empeñen no cambiarán los planes de Dios. Desde Moisés a Jesús pasaron unos cuantos cientos de años y Jesús vuelve al principio, no vamos a inquietarnos ahora por un tik-tok. Ser fieles, ser de Dios, vivir en la Iglesia y los planes de Dios se cumplirán.

Mira a María, reza el rosario y misterio tras misterio llegaremos a la casa de Dios.