P.: la Santísima Trinidad, ¿quién es? R: Es el mismo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

P.: ¿El Padre es Dios? R: Sí, Padre.

P.: ¿El Hijo es Dios? R: Sí, Padre.

P.: ¿El Espíritu Santo es Dios? R.: Sí, Padre.

P.: ¿Son tres Dioses? R: No, sino un solo Dios verdadero, como también un solo Omnipotente, un solo Eterno y un solo Señor.

P.: ¿El Padre es el Hijo? R: No, Padre.

P.: ¿El Espíritu Santo es el Padre o el Hijo? R: No, Padre.

P.: ¿Por qué? R.: Porque las personas son distintas, aunque es un solo Dios verdadero.

P.: Según esto, ¿cuántas Naturalezas, Entendimientos y Voluntades hay en Dios? R: Una sola Naturaleza, un solo Entendimiento y una sola Voluntad.

P.: ¿Y cuantas personas? R: Tres distintas, que son: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Así dice el Catecismo de la Doctrina Cristiana, del P. Gaspar Astete.  Un catecismo debería aclarar nuestras dudas, en este caso sólo las deja en evidencia. La santísima Trinidad, el Misterio de Dios, la grandeza de Dios.

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».

¡Y va y se marcha! …, pero se queda. Los discípulos se postran porque reconocen que Jesús es Dios, Les había mostrado al Padre que es Dios. Les envía al Espíritu Santo que es Dios. No deja de ser curioso que la Santísima Trinidad no es fruto de una reflexión teológica para resolver algún problema. Fue recibida en la Iglesia desde el principio con la paz que da asomarse al Misterio de Dios que se nos revela y nos muestra su esencia. Si os fijáis a lo largo del día, aunque sólo sea en cada Misa, la de veces que confesamos la Trinidad os quedarías asombrados. No cabe en nuestra cabeza, pero basta el corazón para creer con certeza.  Gracias Dios por mostrarte.

María, hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo, esposa de Dios Espíritu Santo ayúdanos a confesar con nuestra vida a Dios uno y trino.