JESÚS SIEMBRA (MARTES 25 DE OCTUBRE DE 2022)
MARTES DE LA XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,18-21):
En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.»
Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»
JESÚS SIEMBRA
Si has tenido la oportunidad de peregrinar a Tierra Santa, no es extraño que contempléis lo que yo contemplé hace ya más de treinta años:
Bajo el monte de las Bienaventuranzas, a la orilla del lago Tiberiades, donde Jesús pronunció la parábola del sembrador, y mientras las leíamos, se veía en la ladera del monte a un sembrador esparciendo la semilla. Y cuando contó las dos parábolas del Evangelio de hoy, hizo lo mismo: se fijó en un árbol de mostaza, y seguramente tomo en su mano un grano de mostaza. Señaló ambos… y no dijo en que se parecía el Reino de Dios: su semilla tan pequeña, casi invisible, y su fruto: un árbol enorme, capaz de dar sombra a no pocas personas. Y se fijó en una mujer haciendo un gran pan a partir de un poco de harina…
Así enseñaba Jesús: veía lo que los demás veían, lo que para ellos era su vida cotidiana, y de los gestos más cotidianos sacaba sus enseñanzas más sublimes sobre la acción de Dios en la historia del hombre, sobre la historia de la Salvación, sobre la verdadera meta-historia.
Y aquí está ahora también, haciendo lo mismo, Jesús en tu vida. Y en la vida de cada hombre. Y en la vida de cada familia. Y en la vida de cada pueblo, de cada ciudad, de cada país, de cada continente, del mundo entero. Ahí está Jesús, ayer, hoy, y siempre.
¿Y qué hace? Sembrar. Jesús siembra, en ti, en mí, en cada ser humano, en cada familia, en cada ciudad…
¿Y qué siembra? Esparce la semilla de su palabra y de sus gestos, que unidos forman la Palabra de Dios, y se convierten en sacramentos de Dios. Esparce su gracia, es decir, su amor. Pero lo hace así: lentamente, esperando a ver como nosotros acogemos desde nuestra libertad su gracia, pero sobreabundando siempre su gracia para que nuestra libertad no termine ahogando su Reino.
Así construye su reino. Y así te pide, me pide, nos pide, que le ayudemos a construirlo: no restaurando una cristiandad del pasado que nunca fue cristiana de verdad, no con la fuerza del poder de este mundo, no desde la imposición, ni siquiera desde la presencia si esta es beligerante y desafiante. Sino desde la siembra. Nos quiere levadura en la masa. Nos quiere sembradores con él de esperanza.
El mensaje principal de las parábolas del sembrador y del grano de mostaza consiste por tanto en que el Reino de Dios, en lo que San Juan Pablo II llamaba “la batalla por el alma de este mundo” se gana con tres armas: amor, humildad y paciencia:
- Amor porque es un reino de amor;
- humildad porque se nos pide sembrar amor, no recogerlo;
- y paciencia, porque el Reino del amor lo instaura Dios, no nosotros, y sus tiempos no son nuestros tiempos.
Querido hermano:
El Reino de Dios es inclusivo, expansivo; no cierra puertas, no segrega, no aísla; da oportunidad a todos, sabe esperar. Son notas del Reino: la sencillez y la humildad y también, la acogida, el diálogo, el encuentro en la diversidad.
Cuida cada día la semilla que Dios ha sembrado en tu vida, ¡cuídala!, y ofrece esa vida a cuantos conozcas, para que la belleza del Reino conquiste vidas para el Señor.
Por cierto, si Dios te mueve a algún proyecto o a alguna misión, no tengas miedo. Si la apariencia inicial es humilde y sencilla, solo Dios sabe lo que, con tu fidelidad y su amor generoso, puede pasar. No busques lo inmediato, el éxito fácil, el aplauso sin sacrificio.
Agradece a Dios que te meta en procesos sencillos que en el Espíritu Santo conquistarán grandes fortalezas. Mete en tu vida diaria, el Rezo del Santo Rosario, con la Virgen Maria. Nuestra Madre. Pide que intercede por la Paz en el Mundo.
Tu hermano en la fe: José Manuel.
Gracias Señor, por un día más. Ayudame a seguir estas tres normas de vida,que nos decía San Juan Pablo ll. AMOR, PACIENCIA, HUMILDAD.
TE AMO JESÚS DIOS NUESTRO
ORA.. ESPERA!! YNO!!! TE PREOCUPES.. ATTE:PADRE PIO..
«Sin excluir a nadie ni siquiera al más pecador»
Jesús nos dice: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán». Es una enseñanza muy dura de Jesús, en la que nos aclara que no por estar bautizados, o por llevar una cruz, o pertenecer a algún grupo, ya está todo resuelto.
«Comenzaréis a decir: “Señor, hemos comido y bebido contigo, y Tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero Él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados”». La Palabra de hoy puede ser un aviso o un tirón de orejas, pues el seguimiento a Cristo está lleno de dones y bendiciones.
Hoy hemos olvidado que nuestra meta en la vida es la salvación, nuestro horizonte es llegar a la presencia de Dios y, aunque es verdad que la salvación viene de Dios, también es cierto que nuestras obras, actitudes, ideales… tienen que ser efecto de sabernos salvados.
Por eso, Jesús nos insiste en la conversión, en que no nos relajemos, en que no anestesiemos nuestro espíritu con metas muy humanas y pasajeras. «Cielo y tierra pasarán», las modas son todas caducas; nada permanece en el tiempo. Solo el amor de Dios es capaz de colmar nuestros deseos de eternidad y plenitud.
Apuesta siempre por la verdad, pues te sorprenderá que hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
Reza cada dia el Santo Rosario. Pide por la Paz en el Mundo.
Tuhermano en la fe: José Manuel.