Señor, si quieres, puedes limpiarme

Señor, si quieres, puedes limpiarme

Quizá estés convencido de que la oración es un asunto difícil, porque cada vez que te pones entras sin quererlo en modo distracción. A mí me encanta cómo el Señor nos enseña a simplificar al máximo, “cuando recéis no digáis muchas palabras”. No quiere que caminemos...