2017 es año de estrenos litúrgicos. Hoy estrenamos fiesta y prefacio. El Papa Francisco, a través de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos decretó el 3 de junio de 2016 que la “memoria obligatoria” de Santa María Magdalena fuera elevada al grado de “fiesta” en el Calendario Romano.

San Juan Pablo II dedicó una gran atención al papel especial de María de Magdala como la primera testigo que vio al Resucitado y la primera mensajera que anunció la resurrección del Señor a los apóstoles. Santa María Magdalena es ejemplo de una verdadera y auténtica evangelizadora, es decir, de una evangelista que anuncia el mensaje de la Pascua. Así dice el prefacio:

 

El cual (Jesucristo) se apareció visiblemente en el huerto

a María Magdalena,

pues ella lo había amado en vida,

lo había visto morir en la cruz,

lo buscaba yacente en el sepulcro,

y fue la primera en adorarlo

resucitado de entre los muertos;

y él la honró ante los apóstoles

con el oficio del apostolado

para que la buena noticia de la vida nueva

llegase hasta los confines del mundo.

 

En la tradición occidental suele identificarse a María Magdalena con la mujer que derramó el perfume en casa de Simón, el fariseo, y también con la hermana de Lázaro y Marta. Lo que es cierto es que María Magdalena formó parte del grupo de discípulas de Jesús, le acompañó a los pies de la cruz y, en el jardín donde se encontraba el sepulcro, fue la primera testigo de la divina misericordia. En el evangelio de hoy, san Juan relata que María Magdalena lloraba porque no había encontrado el cuerpo del Señor; y Jesús tuvo misericordia de ella, y se dio a conocer como su Maestro, transformando sus lágrimas en gozo pascual.

Es la primera testigo de la resurrección, cuyo encuentro tuvo lugar en el jardín o huerto donde estaba el sepulcro. San Gregorio Magno pone en paralelo a Eva y María Magdalena: ambas se encuentran en el jardín del paraíso la primera, y en el jardín de la resurrección la segunda. La primera, difundió muerte donde había vida; la segunda, anunció la Vida desde un sepulcro, lugar de muerte.

El nuevo prefacio se titula “De apostolorum apostola”, es decir, “apóstol de los apóstoles”. Esta expresión se consolida sobre todo a través de Rábano Mauro y Santo Tomás de Aquino. Se indica con ello que María Magdalena es testigo de Cristo Resucitado y anuncia el mensaje de la resurrección del Señor como el resto de los Apóstoles. Por eso, el Papa ha querido dar a la celebración litúrgica de esta mujer el mismo grado de fiesta que se da a la celebración de los apóstoles: quiere destacar la especial misión de esta mujer, ejemplo y modelo de toda mujer en la Iglesia.