La celebración de la fiesta de los Inocentes está desde siempre ligada a la Octava de Navidad y aunque su ubicación nos sitúa en el plano histórico, los formularios presentan un tinte teológico. En efecto, nos narra el evangelio de Mateo que el rey Herodes, advertido del nacimiento de un Rey para los judíos, mandó ejecutar a los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. Los historiadores nos cuentan que Herodes pensaba que querían arrebatarle el reino, incluso sospechaba de sus hijos llegando, de hecho, a ejecutar a alguno de ellos. El nacimiento de un pretendiente al trono era una amenaza para él.
Pero el hecho histórico que nos relata el Evangelio, se convierte en la celebración de la fiesta en un compendio de la “teología del martirio”. En efecto, lo que las oraciones de la Misa proclaman es que el martirio es siempre, como se manifiesta en este caso, más que una ofrenda del hombre a Dios, una gracia de Dios al hombre. Los niños no pueden dar testimonio de palabra, ni defenderse con los miembros, es la entrega de su vida y el derramamiento de su sangre lo que habla por ellos.
La victoria de los Inocentes no es originalmente fruto de su entrega si no don de Dios, que como afirma Juan en su primera carta: “Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero”.
Oremos pues hoy por los millones de niños sacrificados en el seno materno, por los masacrados en guerras, y los que son víctimas de las mafias de la droga y la prostitución, los que perecen en el seno familiar víctimas de la violencia y los que mueren abandonados como fruto del malhacer de tantos gobiernos en el mundo
Es esencial cuidar , proteger y educar a nuestros niños, ya desde el seno materno, y en esto debemos ser radicalmente claros. Los niños, incluso los que van a nacer, son nuestro futuro, representan lo mejor de nosotros mismos .
Es una maravilla hablar, ayudar y educar a un niño…su inocencia, su curiosidad, sus ganas de aprender, es reflejo de la acción poderosa de Dios en sus almas y de qué son sus predilectos.
Este Evangelio me interpela a Orar constantemente por nuestras autoridades que nos gobiernan y rigen los destinos del pais. Pienso en las naciones de Asia: NorCorea, China, Rusia, y en Estados Unidos. En cualquier momento se puede desatar otra Guerra Mundial. ¿ Cuantas muertes de inocentes, no solo de Niños tambien Ancianos, Jovenes, Hombres y Mujeres ? De hecho ya las hay en Siria, Palestinas y otros paises de Africa. Es para pensar, reflexionar. Hay que orar para que en nuestro gobernantes siempre reine la corduera, la sensate, la Sabiduria. Que el Santo Espiritu de Dios siempre nos ayude a orar y trabajar por la Paz, la Justicia y el Amor al projimo porque al hacerlo estaremos cumpliendo asi con el mandato de Amar a Dios. ¡ Que Dios nos bendiga y proteja ¡ ¡ Gracias por el comentario y por los Hermanos en la fe que con sus comentarios ayudan a entender mas la Palabra ¡ Desde Chile un saludo fraterno.