Nos dice Jesús: “Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.”
Deberíamos de sentirnos orgullosos por ser católicos, e intentar iluminar nuestra vida como tales. Es cierto que muchos querrán apagar esa luz: se reirán, se silenciará la verdad, se habilitarán “púlpitos” (los medios de comunicación) para los enemigos de Cristo …
Sin embargo, por muchas dificultades que haya, no podemos ocultar nuestra luz, que es la luz de Cristo. Es necesario ser valientes y fuertes. No podemos avergonzarnos de ser cristiano.
Y surge la pregunta: ¿Por qué nos callamos cuando se ataca a nuestra madre la Iglesia?; ¿Por qué nos da miedo hablar a los amigos de la oración, de la confesión, de la gracia de Dios …?
Existen muchos motivos: Querer “quedar bien”, ser actuales, seguir la corriente de la mayoría … San Pablo nos contesta a esa actitud: “Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.” ¡Aquí está la verdadera actualidad! Ante los que, por ejemplo, presumen de cuerpos desnudos, Cristo está desnudo en la cruz para salvarnos.
Le pedimos a la Virgen María en la Eucaristía, que nunca nadie nos pueda acusar de cobardes, y sepamos hacer descubrir a nuestro alrededor el rostro de Cristo.
Nuestra comunidad católica debe ser luz, debe iluminar. No debe tener miedo de mostrar el bien que hace. No lo hace para ser vista, pero lo que hace, puede y debe ser visto. La sal no existe para sí. La luz no existe para sí. Así debe ser una comunidad: no puede encerrase en sí misma.
En estos tiempos son más testimoniales las obras que las palabras…por su frutos los conoceréis.
Pienso igual que Andrés, una vida de amor y misericordia es el mejor argumento que tiene la Iglesia (y nosotros como parte de ella) y hasta creo que el único en un mundo con tantas palabras vacías.
Nunca te sientes solo, con Jesús a tu lado,y con música que crees que le hará sentirse a gusto
Yo estoy de acuerdo con Rafael (y Andrés y Tabita), me explico: lo más importante es el Amor y sus Obras. PERO aunque sea lo más importante, no es lo único, sino el Señor o hubiese mandado a los Discípulos a anunciar el Evangelio. Nuestra Santa Madre Iglesia, en mi humilde opinión, DEBE contar a todos las cosas buenas que hacemos, para motivar y también para contrarrestar la mala prensa.
Yo quiero practicar la humildad e intentar aprender de tantas personas preparadas. Gracias