El Evangelio de hoy nos deja en evidencia, pues esa advertencia sobre el abandono al maestro que se le hace a los discípulos no la podemos entender sino como una afirmación, también, a nosotros, de que vamos a abandonar al amor de Dios. Y esto es así nos guste o no y, de hecho, la Escritura dice claramente que quien dice que no ha pecado miente y hace a Dios un mentiroso.
Pero aquí lo que importa es la última palabra, esa que nos dice que el Señor ha vencido al mundo y que, si tenemos valor, seremos partícipes de esa victoria. Y eso lo dice, continuando con lo que afirmábamos antes, aún a sabiendas de que le fallaremos. ¡Qué bueno es el Señor que insiste en amarnos a pesar de nuestra traición!
Esa incondicionalidad del Señor merece una respuesta unívoca: el rechazo de todo pecado, la decisión radical por seguirle, por tomarnos en serio la vida cristiana de un modo cada día nuevo. Y eso sabiendo que contamos con sus brazos abiertos. Pero, ojo, que tampoco podemos banalizar el perdón de Dios, como si Él fuera un saco de boxeo que todo lo aguanta extoicamente. Sobre todo porque, cada vez que hacemos el mal, nos herimos a nosotros mismos y nos hacemos un poco incapaces para el bien y olvidamos la necesidad que tenemos del perdón. Sólo la fuerza regeneradora que procede del misterio de la Pascua y nuestra apertura al mismo puede repararnos. Dicho de otro modo: sólo Jesús hace nuevas todas las cosas gracias a su entrega de amor radical por nosotros. Sólo podemos vencer al mundo cuando nos dejamos ayudar por Él, cuando permitimos que Dios actúe como Dios en nosotros, si dejamos a Dios ser Dios, en definitiva.
Acabando el mes de mayo, el mes de María, podemos aprender de ella a cómo reconocer que todo lo bueno procede de la mano de Dios y que sólo cuando brilla la humildad de quien se reconoce esclavo por amor de Dios la grandeza del ser humano brilla con toda su fuerza.
Llevo dias cantando en mi interior un salmo, para mi muy hermoso.
He cambiado unas palabras que expresan mi ansia actual.
Que alegria cuando me dijeron,
«podemos volver» a la casa del Señor,
ya estan pisando nuestros pies
tus umbrales Jerusalén.
Por fin el próximo domingo se ará realidad, esta espera tan larga.
Mi lista es tan extensa, de dar gracias i peticiones que se la dejaré, para que no se LE olvide nada, solo os diré una, gracias por los 64 años que nos has dejado vivir juntos con mi esposa, nuestros 7 hijos, te llevaste a JORDI, pero vive en nuestro corazón, nuestros 11 nietos y que todos se han salvado de la epidemia, y continuará . . . .
Dame tu fuerza Señor. Sin Ti yo no soy nada
Doy Gracias a Dios por su infinita misericordia
Podemos sentirnos «privilegiados» aquellos que, saliendo del confinamiento estricto ya hemos podido acudir al sacramento del perdón y a la Eucaristia. Para los demás, todo irá llegando a su debido tiempo. Son los tiempos de Dios… que no coinciden con los nuestros. Nos dió la vida y tenemos que agradecerla y cuidarla, porque somos cuerpo y alma, y le amamos con el cuerpo.No queremos pecar contra el prójimo, y tampoco queremos ser causa de la enfermedad del prójimo. Rezamos para que el encuentro en los templos sea motivo de gozo y nos traiga la paz.
Si viviéramos esa convicción y ese AMOR q dice :2Macabeos5, (19).Paz y Bien.
Jesús nos asegura categóricamente que en medio de cualquier tormenta tendremos paz en Él. Con su Palabra, con su ejemplo, y sobre todo, con el Espíritu que nos da, infunde en nosotros esa fuerza misteriosa que nos mantiene firmes en la Cruz. Fijemos los ojos en Él: el Padre no le dejó solo, estuvo siempre con Él y tampoco nos abandonará a nosotros. Él ha vencido y por su gracia, nos hace partícipes de su triunfo: por Él, con Él y en Él venceremos todo y llegaremos a la plenitud de la gloria, la vida y la felicidad, a su lado.
Cada día recuerdo la famosa frasa¡¡¡ por qué no te callas!!!! Y vuelvo a caer. Que puedo hacer? Suprimir esta página?. He aprendido mucho .Casi siempre algunos somos los más constantes, nos solemos conocer aunque cambiemos de nombre..
no me doy cuenta que esto no es el WhatsApp familiar en que alguno comenta algo y todos solemos contestar o debatir. Aquí es todo mucho más profundo y espiritual. Yo he llegado a conocer con más detalles los Evangelios y sobre todo darme cuenta el Amor inconmisudable de Dios por sus criaturas, y lo poco que le damos a cambio
El profundo agradecimiento, Padre, por seguir en su entrega y cuidar a su Rebaño