Martes 6-10-2020, XXVII del Tiempo Ordinario (Lc 10,38-42)
«Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa». Hay escenas en el Evangelio que dejan entrever mucho más que lo que está escrito. Entre todos los episodios de la vida de Jesús, Marta, María y su casa de Betania sólo aparecen dos veces: en el fragmento de hoy y en la resurrección de Lázaro. Pero si leemos detenidamente, es claro que no era la primera vez que Jesús entraba en aquella casa, ni sería la última. Marta, María y Lázaro eran amigos del Señor. Quizá no le acompañaban en sus predicaciones, milagros y multitudes… pero siempre tenían su casa abierta para recibirle. Y estoy seguro de Jesús no desaprovechaba ocasión para pasar temporadas –probablemente más largas de lo que dan a entender los relatos evangélicos– descansando con sus amigos. Porque el Señor descansaba. Se encontraba a gusto entre sus íntimos amigos, y disfrutaba de las sobremesas y tertulias en familiar intimidad. Jesús quiso tener amigos, y a sus discípulos los llamó así, amigos. Nosotros también tenemos una casa, y Él quiere que le dejemos entrar para descansar en nuestra compañía, para disfrutar de nuestra amistad.
«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria». Una visita siempre genera una gran cantidad de trabajo y todos tenemos experiencia de ello. Más aún si queremos agradar y agasajar a nuestro huésped. La generosidad y la hospitalidad se vuelcan en preparar, decorar, cocinar, limpiar, disponerlo todo, servir, recoger, estar atentos al más mínimo detalle… Evidentemente, alguien tenía que hacer la comida, recoger la mesa, limpiar los platos, servir el postre, y debemos reconocer que Marta ejercía de una perfecta anfitriona. Estoy convencido de que a Jesús no le faltó de nada, y que Marta hizo todo lo que pudo, y lo mejor que pudo, para agradarle. En aquella mañana, Marta no hizo otra cosa que hacer mil cosas por Jesús. Quería tratarle como al mejor de los huéspedes… pero como a un huésped al fin y al cabo, de esos que pasan un rato animado y luego se marchan hasta la próxima ocasión.
«María ha escogido la parte mejor, y no le será quitada». Pero el Maestro no quiere ser recibido en casa como un huésped, sino como un amigo. Y eso hizo María, que sentada a sus pies escuchaba con atención su palabra. Es verdad que Marta hacía infinidad de cosas por Jesús; pero era María la que realmente estaba con Él, disfrutando de su compañía. Así son los amigos. E igual que ella queremos ser nosotros. Quizá no se trate tanto de hacer por Jesús, sino de estar con él. Porque el Señor a nosotros no nos llama siervos, sino amigos. María acogió al Señor no como un huésped ilustre, sino como un amigo entrañable. Y así quiere el Señor que le recibamos en nuestra casa. Porque eso es nuestro corazón, un nuevo Betania, una casa para el Amigo.
Ay Padre, que bonito y emocionante. Que privilegiadas Marta y María de tener a Jesus en casa, de Amigo
Jesús invita a Marta a escoger la parte única y prioritaria que María ha escogido espontáneamente. El episodio nos alerta sobre un peligro siempre frecuente en la vida del cristiano: los afanes, el ansia y el activismo pueden apartar de la comunión con Cristo y con la comunidad.
La vida contemplativa no acaba de ser bien entendida aún en este tiempo.
“… lo recibió en su casa…”
“ … no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo…”
“…el Señor está contigo…”
~~”…viene buscando posada, viene buscando tu amor, no le niegues tu morada, no le cierres a tu Dios..Entra y penetra hasta el fondo, mi casa tuya será. Yo sentiré tu presencia y mi vida cambiará…”~~
“…El Señor es bueno para quienes esperan en él, para quien lo busca.. “
“… derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la oración no menciona. “
Madre del buen consejo, intercede por nosotros
Sabes Señor que mi corazón está Abierto siempre para Ti. Quiro ser como María estar siempre a tus pies, empapando me con tus Palabras, ser Tu Amiga. Quédate en casa en casa, Jesús
Rafael Pedro÷ Que bonitas sus jaculatorias. »
…viene buscando posada, viene buscando tu Amor…..
Hoy precisamente, 6 de Octubre, San Josemaria nos recuerda que se puede ser «contemplativos en medio del mundo», y que todos los bautizados estamos llamados a la santidad y podemos ser santos en medio de las ocupaciones ordinarias, sea cual sea nuestro estado civil, viviendo la presencia de Dios y ofreciendo nuestro trabajo que es medio de santidad y medio de apostolado, y es contribución en la tarea de instaurar el Reino de Dios.
Buenos días, muchas gracias a todos ustedes cómo siempre, por su reflexiones y comentarios, tan profundos y llenos de amor y de fé.
Los videos del padre Artuto Lopez Cornejo, son muy interesante aleccionadores y agradables con el acento alegre. mejiicano del sacerdote. Son largo, uno cada día y mientras se oyen se puede hacer algún trabajo.
Gracias por su información Padre