El género apocalíptico presente en la literatura profana y el cine describe un evento devastador, una pandemia de congoja y estremecimiento aderezada convenientemente de tinieblas y muerte por la llegada inminente del fin del mundo, causado por un meteorito, una tormenta solar, la última guerra nuclear, una invasión de nuestros vecinos marcianos, la vacuna que nos vuelve zombis, o ¡la llegada de Gozer! Con echarle un poco de imaginación, los argumentos posibles se antojan infinitos. En realidad, este tipo de relatos, no aptos para momentos como el que vivimos, nos cuentan sólo una cara de la moneda. Pero es justo la que menos chicha tiene, aunque vaya bien en taquilla.
Desgraciadamente, el género apocalíptico versión religiosa también ha reducido su precioso contenido espiritual a un Dios tenebroso y acusador que quiere acabar con los díscolos hombres, criaturas inferiores que se resisten a sus mandatos. Nada mejor para representarlo que un cura de tez severa, alzacuellos y sotana, crucifijo en mano, luz a contrapicado y, de fondo, una vidriera gótica convenientemente retroiluminada para resaltar la oscuridad del momento, y gritando: “¡El castigo de la ira de Dios azota la humanidad por sus pecados!”. Reconozco que la puesta en escena encaja en una película tenebrosa que pretende infundir pánico, pero dista años luz del tipo de sacerdotes que han llenado mi vida. Esta visión “medievalista”, “gótica”, del apocalipsis oculta igualmente la otra cada de la moneda, fijándose únicamente en el evento devastador del fin del mundo y el terror que conlleva.
Apocalipsis, en griego, significa revelación, descubrimiento. La otra cara de la moneda, la que más chicha tiene, es el evento de victoria de nuestro Señor. Ya ha vencido a la muerte y al pecado con su gloriosa resurrección, pero su manifestación al mundo entero sólo se producirá al final de los tiempos, cuando aparezca el Cordero de pie en el monte Sión, en Jerusalén, según relata la primera lectura de hoy. La manifestación de la victoria de la cabeza, que es Cristo, será también manifestación de la victoria del cuerpo: la Iglesia triunfante, representada por los ciento cuarenta y cuatro mil que llevan grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
¡Una preciosa descripción trinitaria del bautismo!: en este sacramento recibimos la unción con el santo crisma, el óleo del Espíritu Santo que imprime a modo de sello en nuestra alma ¡los nombres del Cordero y del Padre! Y continua el Apocalipsis: “Estos fueron rescatados como primicias de los hombres para Dios y el Cordero. En su boca no se halló mentira: son intachables”.
El verdadero género apocalíptico es la victoria definitiva del bien, la luz y la verdad. La maldad que habita nuestros corazones no se podrá ya ocultar, quedará de manifiesto. Todo será manifestado a la luz tal y como lo ve Cristo: hoy en el evangelio tenemos un ejemplo de lo que Él ve, que nadie ve…
Imitemos el amor de la viuda pobre que convierte en Tesoro de Amor incalculable sus dos únicas moneditas de ínfimo valor facial.
En el evangelio de hoy vemos como la actitud de la viuda ante Dios es la de no reservarse nada, lo da todo para gloria de Dios. Eso es posible porque tiene su esperanza puesta en el Señor. Por este motivo, merece el elogio de Jesús; porque reconoce en ella no un simple ritual, sino un verdadero abandono a la Divina Providencia que sólo puede venir de aquél que está lleno de Dios y vacío de sí mismo.
Todo lo que ve Cristo no lo ve nadie como El. Nos conoce con todas nuestra faltas debilidades y pecados, y en Su Bondad y Misericordia nos Perdona y nos Sigue Amando
Gracias por el comentario.Que el Señor bendiga nuestras acciones para el resto de la semana
Todos en alguna ocasión hemos sentido el vértigo del salto al vacío, y el impulso del Espíritu Santo antes de saltar sin paracaidas… Hay momentos, situaciones, elecciones,…, que vividos desde la fé suponen dejarlo todo en manos de Dios, vaciarse por completo, confiarlo todo a la providencia. No tenemos certezas, sólo esperanza, y mucho amor de Dios.
La viuda lo dá todo porque todo lo confía y espera en el Señor. También nosotros debemos identificarnos con el querer de Dios, y el bién común, el destino de la humanidad entera, y amar con todo lo que somos y tenemos.
María es la mejor de las maestras de vuelo libre, de vuelo sin motor,…, de confianza y entrega y abandono, la maestra de vida interior que necesitamos para dejar que el Espíritu Santo nos impulse al cielo.
Con todo respeto, no me gusta este comentario de las lecturas bíblicas de hoy. Por supuesto que el Bien triunfará. Y habrá una inmensa muchedumbre en el Cielo, por la Misericordia de Dios. Pero nos olvidamos del juicio divino, según el cual unos entrarán en el cielo y otros en el infierno. No ocultemos la realidad del pecado, del juicio y del infierno, purgatorio y cielo. No seamos católicos edulcorados de fe ñoña.
“… dio todo lo que tenía…”
“… Padre , en tus manos me pongo, haz de mi lo que quieras…”
“…grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre…”
“… rescatados como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero…”
“…nunca permitas, a los que concedes alegrarse en esta participación divina, que se separen de ti…”
“… y con la búsqueda más intensa del fruto de la acción divina, reciban mayores auxilios de tu amor…”
“… danos Señor, la Paz y la concordia…”
Reina de la paz , intercede por nosotros
Si Hno. Manuel, no sigan siendo TÍTERES DEL DEMONIO, y sus cómplices y negando casi todos esta PURIFICACIÓN Y LIBERACIÓN, de tanto pecado, herejía y apostacia, porq el Señor no hace nada sin ADVERTIRLO, atravez de sus PROFETAS OJO:Obvio por ahora…. solo quedará el REMANENTE, q será también Purificado como el Oro en el Crisol, dice:EL SEÑOR.
Hoy he sido bastante tranquila y he intervenido poco pero HE pensado mucho,, y recordado con amor los recuerdos de la niñez las vísperas Navidad . Los ensayos diarios en la Parroquia del coro para la Misa del gallo ,en la tomábamos parte
, mi madre, mi hermano mayor y yo.Cenabamos pronto pues la Misa era a las12 e íbamos toda la familia . Después de la Misa tomábamos un chocolate con unos pasteles que hacía un empleado de la central electrica( mi padre era el director) cuantas añoranzas. . No quiero ni recordar el Belén enorme . Todo era celebración. De Amor a Ti , SEÑOR
Y siguiendo con recuerdos de la niñez, en mi querido y precioso pueblo ,me viene a la imaginación . Los Domingos por las tarde iba con una amiga dando el paseo a otro pueblo a enseñar a rezar a un grupo de niños. También las excurciones famiiares a una finca que estaban en el lagar pisando las uvas para el mosto. Recuerdos y más recuerdos. Has sido tan generoso Señor.
Pero la vida no es todo un jardín de rosas, también golpes durisimos, pero hoy solo quiero recordar lo bueno y darte GRACIAS SEÑOR