Ayer hablamos de la guerra entre el bien y el mal, y lo importante de elegir bando. Hoy, Jesucristo abunda en lo que les espera a quienes le sirven. Como buen Capitán, alecciona a sus soldados para que se vacunen contra la debilidad, la desesperanza y el miedo que infunde la batalla, el poder del enemigo, o ante una muerte próxima. La arenga finaliza con una llamada a la perseverancia.
Servir a Cristo atrae como un imán el bien y el mal. No a partes iguales, y no siempre con la misma intensidad, pero está claro que complica humanamente nuestra existencia. ¡Bendita complicación! Por esa razón, el Señor nos exhorta a perseverar, pues esta cualidad en la vida espiritual se pondrá a prueba cuando lleguen las peores batallas, tanto internas como externas.
En la vida interior acontecen las peores batallas, las que entablan nuestras virtudes, defectos y pecados cada día, a todas horas. Como en la quiniela, el resultado de cada batalla puede ser 1, X, 2. El mejor modo de afrontar esta guerra constante es “ir a por todas”, arengados por nuestro Capitán. Otra cosa es que luego el resultado sea empate o incluso perder. El resultado no importa. La clave es la actitud. Para mantenerla siempre combativa, es necesario alimentarla con una vida de oración, la meditación de la Escritura, la compañía y testimonio de otros cristianos (eso es la Iglesia) y la intercesión de los santos.
Luego vienen las batallas exteriores, que en la cultura actual serán permanentes, pues la visión del hombre que aparece en la Biblia “ya no está de moda”. Estas batallas se afrontarán mejor si cuidamos nuestras batallas interiores, las que nos unen a Cristo de modo que incluso la amenaza de la muerte la veamos como un camino para estar con Él.
Precioso cántico de victoria que aparece hoy en la primera lectura. Tras el valle de lágrimas de nuestra vida, cantaremos eternamente la victoria del Cordero, con su himno y el de Moisés, que abarcan la antigua y la nueva alianza. Pero ese cántico sólo lo podremos entonar cuando hayamos vencido en la batalla de la vida.
¡Ánimo, soldados de Cristo!
PD: omito la referencia a los cabellos de la cabeza por no herir la sensibilidad de aquellos que han experimentado su perecimiento. Quizá el Maestro no estuvo acertado en la imagen…
Tener a Cristo de Capitan¡¡¡¡ vaya honor estar a sus ordenes!!!
Gracias Padre y no pierda el sentido del humor, no debe de ser agradable esa pérdida, pero tan poco es tan importante
Gustemos el Amor de Dios, nuestro Padre y Señor, y demos de nuestro pobre amor, reflejo tenue del suyo, a cuantas personas podamos. Esa es la batalla, la única batalla. El Camino, la Verdad y la Vida, ya lo sabemos, es nuestro Señor Jesús, Hijo de Dios Vivo, quien permanece en oración constante y unitaria con el Padre, en el Espiritu Santo. Gloria a Dios.
No debe preocuparnos “el final de los tiempos”, sino el “final del tiempo” de cada uno. Para ello nos vamos preparando, no como unos ingenuos que se dejan llevar, sino como verdaderos creyentes que fundamentan su vida, con sus fallos y pecados, en la misericordia de Dios.
Perseveremos. Porque empezar es de muchos, pero perseverar es de santos.
Estamos llamados a ser santos y a santificar el mundo; a elevarlo al Creador.
Abandonar; rendirse, replegarse, esconderse, cuando parece que todo se vuelve en contra, sería una actitud comprensible y muy humana.
Él nos perdona.
Abandonar no es la actitud de los amigos de Jesús, porque Él está con ellos, y les hace partícipes de la Cruz y la Redención.
Si no experimentáramos la soledad, la incomprensión, la tristeza, la ira,…, no podríamos valorar suficientemente la enormidad del amor de Cristo y la gracia de la Eucaristía.
Si somos tentados, si somos probados, también somos reconfortados, abrazados, aceptados, y acogidos por el Padre. Somos los protegidos de nuestra Madre. Somos Templo del Espíritu Santo.Los demás también lo son…
¿Quien duda de la perseverancia final?. ¿Quién puede sembrar la duda si no es el sembrador del mal?¿Qién quiere que perdamos la esperanza?
Aunque agitemos las alas por el miedo a caernos, las necesitamos para levantarnos del suelo, permanecer en el cielo, y volver a la tierra… mientras estemos aquí… y, como palomas, no podemos prescindir de ellas aunque nos pesen, Parecen de plomo, pero en el vuelo se hacen ligeras.
Nos toca perseverar y no desfallecer, con la gracia de Dios. porque sin su gracia… va a ser que no… que solos no podemos nada.
Le pedimos Dios perseverar, si hemos llegado hasta aqu, cono no vamos a querer perseverar, con nuestros fallos, pero pidiendo al Señor Su Clemencia y me ayude a perseverar y llegar A VER TU CARA SEÑOR
“… con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas…”
“ …Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida…”
“… ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?…”
“…Llévame en tu compañía, donde tú vayas, Jesús, porque bien sé que eres tú la vida del alma mía…”
“…Te pedimos que nunca permitas,
a los que concedes alegrarse en esta participación divina, que se separen de Ti…”
“…para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error…”
Madre del Redentor, intercede por nosotros
Mi naturaleza es Humana, pero Mi Combate es ESPIRITUALL,
Un Domingo al salir de Misa de 12, le pregunte a la q estaba ofreciendo el spray, si podía quedarme a limpiar para la próxima Misa. Me dijo q limpiar no era su cometido, que hablara con las Hermanas. A nadie se caen los anillos por ayudar a limpiar la Iglesia que usamos todos. Las Hermanas son personas Consagradas, ante Dios más importantes q los seglares. Solo es un comentario, no, critica.
Hoy Su Santidad el Papa, ha tratado del valor de la Vida, del aborto.. Eso me ha hecho recordar en los cinco días más felices de mi vida, el nacimiento de mis hijos. Puede haber algo más maravilloso que encontrarte con un bebe , perfecto
, sin tu haber hecho nada por esa perfección . Y del llanto inconsolable al perder a dos aun en gestación . Así es la vida, dias de felicidad y días tristes. Pero en todos Tu Presencia a nuestro lado,
rebosando Ternura en cada momento.
GRACIAS DIOS MIO
Me sentí hoy orgullosa de ver al Parroco con una bandeja llevando lo necesario, al altar para Eucaristía. Maña iré por la tarde porque hay Exposición del Santísimo. Pero creo que cambiaré el horario de la Misa a la de las 12.30. Los días son tan cortos, hoy llegue a casa pingando. Desde el garaje hasta casa con lluvia
.
La arenga del Capitán! Me gustó mucho esa metáfora.
Y me dio mucha risa lo de los calvos, como yo, que siempre me sale una sonrisa en los pasajes en los que hablan de los pelos… y me lo tomo con humor y pienso que así ayudo al Señor, que no tiene que utilizar su tiempo en contar o cuidar de mi cabello, que ya no está-jajaja.