PRIMERA LECTURA
Para ser ministros de una afianza nueva: no de la letra, sino de espíritu.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 4-11
Hermanos:
Esta confianza la tenemos ante Dios por Cristo; no es que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos nada como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios, el cual nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva: no de la letra sino de Espíritu; pues la letra mata, mientras que el Espíritu da vida.
Pues si el ministerio de la muerte, grabado en letras sobre piedra, se realizó con tanta gloria que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, por el resplandor de su cara, pese a ser un resplandor pasajero, ¡ cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu!
Pues si el ministerio de la condena era glorioso ya no o es comparado con esta gloria sobreeminente.
Y si lo que era pasajero tuvo su gloria, ¡cuánto más glorioso no será lo que permanece!
Palabra de Dios.
Sal 98, 5. 6. 7. 8. 9
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
¡Él es santo! R.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía. R.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
un Dios que castiga sus maldades. R.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
¡Santo es el Señor, nuestro Dios! R.
Aleluya Sal 24, 4bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Dios mío, instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad. R.
EVANGELIO
No he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».
Palabra del Señor.
«No he venido a abolir, sino a dar plenitud»
El Evangelio de hoy, comienza mostrando la novedad en Cristo pero, a la vez, la continuidad con lo anterior: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas; no he venido a abolir, sino a dar plenitud».
Hay quienes piensan que descubrir a Cristo nos exime de todo tipo de normas. Es verdad que la novedad de Cristo nos da libertad y explicación de cumplimiento a todas las antiguas promesas. Pablo nos dirá en Gálatas: «Sabemos que Dios salva al hombre, no por el cumplimiento de la Ley, sino a través de la fe en Jesucristo»; y nos da una razón muy sólida: Si la salvación se alcanza por la Ley, «entonces Cristo habría muerto inútilmente».
Pero Jesús deja claro que no quiere abolir; romper con lo anterior, sino darle plenitud, cumplimiento, continuidad. Recordad el pasaje de la Transfiguración, ¿quiénes se aparecieron en el monte? Pues Moisés y Elías, es decir, la Ley y los Profetas. Jesús es superior a ellos, es el Señor y Salvador, es el cumplimiento de las promesas. En Jesús se hacen presentes todas las profecías y toda la ley adquiere cumplimiento.
El Evangelio debe llegar a todos sin excepciones ni exclusiones y se debe concentrar en lo esencial que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y, al mismo tiempo, lo más necesario.
Jesucristo no quita importancia a preceptos que orientan nuestra vida, que nos animan a mantenernos en tensión sin dejarnos llevar por lo fácil, lo cómodo, lo placentero: «El que se salte uno de estos preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos». Pero cuando descubrimos a Jesús todo cobra sentido desde Él, que es la piedra angular donde se debe edificar nuestra fe.
La Eucaristía nos compromete cada dia, en el aquí y en el ahora y nos abre al más allá. Virgen Santísima purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu Santísimo Rosario cada día. Te pido Por la Paz en el Mundo.
Jesús El Maestro. Piedra Angular de la historia de salvación, a quien llegamos inspirados por el Santísimo Espíritu de Dios y de quien recibimos la orientación para encontrar, con Él, al Padre Dios.
Pidamos constantemente, mediante la Oración que Él nos enseñó, a implorar para que Padre, Hijo y Espíritu Santo sean Director, Maestro y Guía de nuestro corazón y del mundo.
Como José y María cumplieron con diligencia y devoción el Plan de Dios, como padre y madre de Jesús, seamos obedientes para hacer con plena libertad nuestro SÍ a la Providencia Divina. Seamos sus Testigos.
Jesús mío no permitas que me aleje de ti que me aparte de tu camino de tus justicia en todo momento que la vanidad del mundo me atrapa tantas veces y enmudece mi boca tú lo sabes !! Ayúdame a saber y comprender en cada momento tu justificáis y a caminar x tu sendero
“…no he venido a abolir, sino a dar plenitud…”
“…la letra mata, mientras que el Espíritu da vida…”
“…consideremos lo que es justo y lo cumplamos según tu voluntad”
“…haz que camine con lealtad…”
“…nos haga crecer en el amor…”
“…tu acción medicinal…”
Reina universal de todo lo creado, intercede por nosotros
Señor te damos las gracias por preocuparte tanto por nosotros , no lo merecemos , pero nos quieres tanto que no paras , ni te cansas de protegernos y nosotros cuando acertamos , decimos hemos acertado gracias a nuestro saber hacer, Señor no entendemos ni queremos entender que es obra de Dios a traves del Espiritu Santo, que ignontes y poco conocimiento tenemos. Señor ren misericordia de nosotros y no nos dejes solos, no sabemos la falta que nos haces , sin ti no somos nada . Bendito seas con tus angeles y tus santos , con tu Santisima Madre, y tú Padre adoptivo San José, señor aunque no nis portemos , segun Las Sagradas Escrituras, ten piedad de nosotros y manten la puerta abierta hasta el ultimo segundo como hiciste con el buen ladrón. Hermanos El Señor siempre nos espera , Bendito Sea.