MARTES 20 de julio de 2021
Martes de la Semana 16 del Tiempo Ordinario ciclo B
La devoción “de” María
Cada vez que se proclama este evangelio, Jesús desconcierta. Como lo hizo en aquel momento que se describe en la escena. Podría parecer que Jesús tiene un desplante para con su madre y sus primos. Pero hoy este desconcierto alcanza un nuevo matiz. Entonces ni siquiera entre los apóstoles existía nada parecido a lo que hoy podríamos llamar devoción mariana. Habría que esperar a la pasión de Jesús, a las apariciones del Resucitado, y a Pentecostés, para que ellos reconozcan a María como madre de la Iglesia.
Hoy, devotos de María, el supuesto desplante de Jesús nos aterra. Sabemos que no es un desplante, sino una ocasión, la ocasión que le brindan para decirnos que lo importante para “formar parte” con él, es seguirle, y querer hacer como él la voluntad del Padre. Y en esto si que María destaca. Si es la madre de Jesús es porque en su día no pestañeó a la hora de decir si a la voluntad de Dios, pasase lo que pasase.
La cuestión es: ¿Qué lugar ocupa esta primacía de María, que es la primacía que Jesús ve en ella, con respecto al resto de cosas que reconocemos en ella?
Enseñaba San Pablo VI, y después el Concilio Vaticano II, que la Iglesia debe enseñar y testimoniar la sobriedad, transparencia, y generosidad de la devoción “de” María, esto es, de su confiada entrega a la voluntad divina, como mejor camino para encauzar la verdadera devoción “a” María. Pues a María, a la vez, se la venera, se la implora, se la ama, pero también se la imita:
- Se la venera, porque el Padre del cielo la doto de dones excepcionales para la misión tan importante a la que fue llamada en la Historia de la Salvación: “me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi”, canta en el Magnificat.
- Se la implora porque no hay intercesora más influyente en su Hijo, dador de todas las gracias, que quien lo llevo en su seno y lo dio al mundo.
- Se la ama, se la ama con locura: Tal vez porque el pueblo cristiano siempre intuyó, con su infalible sensus fidei, que después del amor inmenso e infinito de Dios a los hombres, nadie, ninguna otra creatura humana, ama tanto como ella.
- Pero también se la imita, porque ella es el prototipo de la fe, el modelo supremo del creyente, el tipo de la Iglesia, la “revestida de la Palabra”, de la Palabra de Dios: “estos son mi madre y mis hermanos, los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc. 8,21).
¿Qué lugar ocupa esta ultima parte de la devoción mariana en nuestra devoción mariana, aquella que va más allá de la devoción “a” María, y pasa a ser imitación de la devoción “de” María?
Querido hermano:
Debemos darle a luz en todas nuestras obras; perdonar a quien se equivoca; no guardar rencor; ser generosos, especialmente, con quienes más lo necesitan; ser agradecidos por la vida; no acumular bienes por ostentación; saber esperar; descubrir a Dios en lo cotidiano, en lo sencillo, en las relaciones personales, en los pobres. Vivir con esta clave nos ayuda a descubrir a otros que viven los valores del Reino de Dios en lo cotidiano, en sus tareas, en sus relaciones, pero que quizás todavía no han descubierto la belleza de un Dios que también se hace presente en los sacramentos.
Con nuestra propuesta de fe tenemos que humanizar la gran familia humana y descubrir que todos estamos llamados a ser familia de Dios, sabiendo que quien vive de la compasión fraterna no está lejos del Reino de Dios, aunque esté lejos de la Iglesia o de la religión. «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? […] Los que cumplen la voluntad de Dios». Vive de acuerdo al plan de Dios, pues has venido a este mundo para ser feliz en relaciones fraternas, así que no te distraigas.
Rezamos cada día el Santo Rosario dedicado a la Virgen Maria del Carmen. Le pedimos por la Paz en el Mundo. Por los enfermos terminales que sufren y padecen, a causa de su enfermedad. Por los sucesos que están ocurriendo en Cuba. Tu hermano en la fe José Manuel.
¿Quienes son mi madre y mis hermanos ? Quizás esa pregunta nos la debamos hacer hoy nosotros, para rectificar el rumbo en la vida espiritual y seguir siendo fieles al evangelio.
Cumplir la palabra de Dios y ponerla en práctica implica cuestionar cada día cómo vivo la filiación divina y la fraternidad humana. ¿Considero a mis semejantes hijos de un mismo Padre Dios?. ¿Me lleva el amor a María a cuidar y proteger a los demás?. La familia de los hijos de Dios no puede ser un clan, una casta, una tribu, una dinastia, una saga,…, porque Él rompió las cadenas del pecado y nos dió un corazón libre de ataduras para que fueramos uno, vivieramos en paz y alcanzaramos el Cielo.
A lo largo de la jornada nos encontramos con reclamos concretos de nuestra conciencia para vivir la fraternidad, para tener detalles concretos de unión, y evitar separaciones, confrontaciones y rupturas.
¿Cuales son los muros que me siguen separando de mis hermanos? ¿Qué le sigo negando hoy a mi Madre? ¿Qué alegría te puedo dar hoy Dios mio?
“Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo..”
San Juan Pablo II insistía en que tenemos que “ apropiarnos el misterio de la ENCARNACION.”
“Tomad y comed “
Recibe lo que es “el cuerpo de Cristo“
Se lo que has recibido “cuerpo de Cristo “
Maria y mi cuerpo y alma , por obra y gracia del Espíritu Santo , han concebido, y acogido dentro de cada uno a Jesús
Es el vaciamiento de la propia voluntad para llegar a ser completamente receptivo a la voluntad de Dios.
Acoger el Espíritu Santo
Humillarme como siervo
Obedecer hasta la muerte
Y llenarme de Cristo.
“ya no soy yo es Cristo quien vive en mi “ .
“Destinados en la persona de Cristo a ser sus hijos …”
Madre de la Divina Gracia, intercede por nosotros
Como siempre, padre, es mi examen de conciencia. No quisiera volver a la confrontación, con alguien familiar, muy querido, por creer que actúa en su vida de forma diferente á como me gustaría . Me aculpa, me aculpo. Te pido constantemente perdón.Señor. No soy digno de tu Amor
Sueño desde la canícula que estamos pasando, en empezar el Camino del Norte, entre entre montes y valles tranquilos, aire puro y dando gracias a Dios por poder disfrutarlo
una vez más
Llegar a Santiago alegres , por el Camino poder encontrar a perrgrinos (a veces tocabdo la gaita ‘) y eñ entrar en la Catedral, dar virtualmente el abrazo al Santo y tener suerte de oir la Misa dando gracias a Dios.