PRIMERA LECTURA
Ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto.
Lectura del libro de Job 42, 1-3. 5-6. 12-16
Job respondió al Señor:
«Reconozco que lo puedes todo, que ningún proyecto te resulta imposible.
Dijiste:
“¿Quién es ese que enturbia mis designios sin saber siquiera de qué habla?”
Es cierto, hablé de cosas que ignoraba, de maravillas que superan mi comprensión.
Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echado en el polvo y la ceniza».
El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas.
Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos.
Job vivió otros ciento cuarenta años, y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.
Murió anciano tras una larga vida.
Palabra de Dios.
Sal 118, 66. 71. 75. 91. 125. 130
R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento,
porque me fío de tus mandatos. R.
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus decretos. R.
Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir. R.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R.
Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos. R.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.
Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre»
Él les contestó:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
En aquel momento, lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».
Palabra del Señor.
En el Evangelio de hoy vemos cómo los discípulos que habían ido a evangelizar, el grupo de setenta y dos, vuelven de la misión con gozo, con alegría, pues «hasta los demonios se nos someten en tu nombre, Señor».
Jesús les revela que esa potestad la han recibido de Él: «Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo». Esta enseñanza no es pequeña, pues Jesús nos revela que lo que hagamos sin su fuerza, sin su espíritu, de nada nos servirá.
Y la segunda enseñanza es que la vida cristiana es una lucha contra el enemigo, que quiere apartarnos de nuestra misión y propósito de la vida. Pero también nos aclara que, lo que más gozo nos tiene que dar es el vivir siendo agradables a Dios: «No estéis alegres porque se os someten los espíritus, estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
Hay quienes piensan que la meta es que se hable de ellos; destacar por algún carisma, por algún don especial; que su nombre aparezca en los medios. Sin embargo, Jesús aclara que lo importante es que «vuestros nombres sean reconocidos en el cielo». Por eso lo que Dios más valora no es el servicio, sino el corazón.
Hay veces que nos dejamos llevar por la mentira de que Dios valora más que hagamos algo por Él que el estar con Él, y podemos convertir nuestro servicio a Dios en un ídolo, incluso podemos pensar que somos nosotros los que echamos demonios o convertimos a la gente; podemos caer en la tentación de pensar que el ritual, el hacer, es más importante que la relación; como si servir a Dios fuera más importante que Dios mismo.
Rezaremos voluntariamente el Santo Rosario cada día. Con la Virgen María. Pide por nosotros todos los que cada día escribimos el Santo Comentario del Evangelio. Por los que lo leen a diario, y lo ponen en práctica. Tu hermano en la fe:José Manuel.
Jose Manuel
Por supuesto que rezamos por vosotros que escribís el santo comentario a lo largo de la noche todos los días para que por las mañanas encontramos algo para alimentar nuestra alma.
A tí , a Manuel Alguacil ,los comentaristas 1 hasta 12 cuyos nombres no se saben y todos los demás … mil gracias. Es un trabajo bien hecho , yo intento en la medida de lo possible de difundirlo. Estoy sólo en Paris donde trabajo de momento sin mi familia que se ha quedado en Navarra, pero no me siento nunca solo porque estáis vosotros. Animo y gracias
«Sólo la Verdad nos hace Libres» y «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».
Tenemos a Jesús, Vivo porque tras morir en la Cruz, Resucitó y está Vivo con toda persona que abre su corazón a la Verdad.
Pero es preciso llegar al encuentro con Dios, como Job, como cualquier persona suficiente, para descubrir que la Gloria de Dios es Plena en Él y ausente sin Él. Dios-Verdad-Amor-Humildad es la Gloria.
Y podemos verlo con los ojos del corazón, sin doblez o engaño. Sin incoherencia o contradicción alguna. Está a nuestro lado y desea ser Uno con cada persona y con todas las personas.
Seamos Uno con Dios, dejando lo inútil que llevamos, egoísmo, soberbia, lujuria, codicia, irá, gula…, seamos Uno con Dios y ofrezcamos al prójimo ser Piedra Viva de la Iglesia.
Jesús siempre está a nuestro lado. Dejemos que entre.
Siempre en oración con Jesús, María y José
Muchas gracias a ti, Lucas!
Desde la Comunión de los Santos siéntete arropado
Porque nuestros nombres y nuestra vocación están escritos a fuego en el Cielo, en el Corazón de Jesús