Hoy es una fiesta dolorosa y delicada. La parte buena es que el día de la circuncisión, los judíos ponen el nombre al niño. Ignoro completamente qué se hace en caso de las niñas para dato tan crucial (lo investigaré). Sin querer, he buscado fotos del rito judío en internet destinado a los varones, y sigo encogido de la aprensión que me da… ¡Vaya trance doloroso y delicado!
En nuestro caso, según el testimonio evangélico, acorde a las costumbres judías, a los ocho días procedieron al primer sangrado del Niño Jesús, que ofreciendo parte de su carne, entra a formar parte del pueblo elegido, según la costumbre hecha alianza con Yahvéh en tiempos de Abrahán. De este modo, Jesús entra en la obediencia de la primera alianza, a la que viene a dar plenitud, esta vez, con la sangre de su Cruz: sangre de la nueva y eterna alianza. Eterna, porque —como vimos ayer— Él nos da aquello que tiene y nosotros no.
Bajo el cielo no hay otro nombre que pueda salvarnos sino el de Jesús, el Cristo, el Mesías prometido. En hebreo, Jesús significa «Yahveh es salvador». Literal, tratándose de la segunda persona de la Trinidad.
Juan el Bautista nos recuerda otro de los títulos de Jesús: el Cordero De Dios que quita el pecado del mundo. Otra alusión a la sangre derramada que ofrecerá en el patíbulo de la cruz para la salvación del mundo.
Querido hermano
La clave del éxito en la vida es la confianza en el Señor. Encomendémonos al Señor:
«Pero, Señor, mira mi vida: estoy en la oscuridad, tengo esta dificultad, tengo este pecado […]; todo lo que tenemos: “Mira esto, yo confío en ti”. Y esta es una apuesta que tenemos que hacer: confiar en Él, que nunca decepciona. ¡Nunca, nunca! […] Este es el testimonio de Juan: Jesús, el bueno, el manso, que terminará como un
cordero, asesinado. Sin gritar. Él ha venido a salvarnos, para quitar el pecado. El mío, el tuyo y el del mundo: todo, todo».
Apostemos por vivir la vida de Jesús aun cuando tengamos que correr el riesgo de ser incomprendidos, señalados, criticados o incluso martirizados.
La clave para vivir en esta frecuencia nos la da el Evangelio; que descienda el Espíritu Santo y nos bautice, nos renueve, nos llene de la plenitud de vida de Dios, para que tú y yo podamos dar testimonio de que Jesús es el Hijo de Dios, nuestro Salvador.
Reza cada día durante todo el año, 2023, el Santo Rosario. Sé voluntarioso, ayuda al más necesitado. Ora por otros. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Q GRANN HUMILDAD!!! LA TUYA MI J. E. S. U. S….. PLOP!!!!!