Hoy en la lectura continua de los Hechos que estamos haciendo (muy interesante e importante, el Papa Francisco siempre nos recomienda a los cristianos leer y releer los Hechos de los Apóstoles), aparece san Esteban. Predicaba en griego, y entre los judíos de lengua griega suscita las mismas incompresiones y los mismos recelos que causó Jesús. «No es el discípulo más que el Maestro», había dicho este.
Sin embargo, Esteban no calla, y su rostro parece el de un ángel. Fruto de la gracia, fruto de aquella bienaventuranza: «Bienaventurados vosotros cuando os persigan y os calumnien por mi causa…». Hoy debemos creer lo mismo y hacer lo mismo.
«La obra que Dios quiere es esta, que creáis en el que ha enviado». No tenemos que preocuparnos por demasiadas cosas: por creer, y por dar gratis lo que hemos recibido gratis. La gracia del Señor acompañará y hará el resto.
Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo aquello que has hecho y querrías continuar haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, misiones para la evangelización de los no cristianos…, todo esto es una obra excelente, pero son obras de Dios, no son Dios. Si Dios quiere que tú dejes todas estas obras poniéndote en sus manos, hazlo inmediatamente y ten confianza en Él. Él confiará tus obras a otros, que son mucho más capaces que tú. Tú has escogido a Dios, y no sus obras”.
Cuando digo: «Por Dios y por la Iglesia», me quedo en silencio en la presencia de Dios y me pregunto honestamente: «Señor, ¿trabajo sólo por ti? ¿Eres siempre el motivo esencial de todo lo que hago? Me avergonzaría admitir que tengo otros motivos más fuertes». ¿QUÉ ME PIDE DIOS?, ABANDONO EN DIOS, AMOR A DIOS, BUSQUEDA DE DIOS, CARD. FRANÇOIS-XAVIER NGUYEN VAN THUAN
Excelente cita apreciado Rafa, del cardenal Van Thuan, un santo varón. Ojalá todos sigamos sus huellas y nos dejemos de palabrerías huecas y vanas, que predicar no es dar trigo…
Querido hermano:
Creer es ir más allá de lo que sentimos, pues no todos los días brilla el sol, también hay días nublados.
Creer es poner nuestra confianza en quien sabemos que no nos abandona, en quien sabemos que nos asegura una vida plena, que no se desentiende del presente, que se hace cercano a nuestras limitaciones, pero que nos da también consuelo y esperanza en medio de las dificultades del presente.
Creer en Cristo no es salirse del presente, de la historia, de los compromisos diarios. Es justamente lo contrario: contar con Jesús en el día a día, pero saber que lo relativo es pasajero, que lo que vivimos está sujeto a lo temporal y, por tanto, es limitado.
Decía Charles Chaplin que: «No hay nada permanente en este […] mundo, ni siquiera nuestros problemas», por eso, apuesta por el hoy como si fueras a vivir toda la vida, pero no olvides que todo pasa; y vive como si fueras a morir mañana, sabiendo que cada segundo es un regalo.
Cree en Jesucristo, edifica tu vida en la vida, cree en la sonrisa de un niño, en el amanecer de cada día, en la capacidad que tienes para restaurar y perdonar; en la voluntad de Dios, que pasa por que des lo mejor de ti y seas feliz contigo mismo y con los demás. La tarea para hoy: trabaja por el alimento que perdura hasta la vida eterna, es el que te hará feliz.
Reza el Santo Rosario cada día: Tu hermano en la fe: José Manuel.