Ya son 15 días viviendo con dolores ( del cuerpo, no la vecina), y estoy dispuesto a hacerme todas las pruebas que los médicos quieran, cualquier día a cualquier hora. El dolor nos recuerda que somos necesitados.
Te doy gracias porque yo no soy como los otros hombres. El fariseo no necesitaba De Dios, se bastaba el mismo.
Nosotros ¿necesitamos De Dios? Como el enfermo al médico, el sediento al agua, como el esposo a su esposa. ¿O con nosotros mismos nos bastamos?
Maria siempre está junto a Jesús, únete a ella y no te separarás de Él.
Gracias comentarista. Que bonito evangelio y que acertada reflexión. Por todas aquellas ocasiones en las que «voy sobrao», TE PIDO PERDÓN Señor, pues en ellas no reconozco Tu compañía
En efecto, sí necesitamos de Dios. Pero muchas veces no nos damos cuenta.
La pérfida soberbia que acosa.
Esta parábola me recuerda el episodio de Adán y Eva al comer el fruto prohibido. Sin embargo hay una gran diferencia: En el Génesis, sólo aparece lo malo de la soberbia y la consecuencia. En esta parábola, además de la soberbia del fariseo aparece la humildad del publicano como la solución que nos da Jesús. Tenemos que aprender y ponerla en práctica.
Gracias querido com’entarista 1, Rezamos por tu recuperación. El comentario, como siempre estupendo para nuestra formación
Dios nos ama,