Seguimos con las noticias de Dios. Hoy Gabriel anuncia la más importante de la historia: Dios se hace hombre en el Hijo, se encarna en Jesucristo para nuestra salvación. En la primera lectura el Señor sugiere a Acaz que le pida un signo, pero el respeta a Dios y se sabe indigno para ello, quién es él. Aun así, Dios se lo da generosamente para animar la esperanza de su pueblo elegido y le da el más importante hasta el momento. Le promete al Mesías que va a superar todo lo esperado; Dios.con-nosotros será quien nos salvará.

Es verdad que somos creyentes que respetamos a Dios y que muchas veces, aunque lo necesitamos, no le pedimos un signo para fortalecer nuestra esperanza o levantar nuestra fe. Pero Dios es generoso, nos ama y nos da todo gratis, sin que ni siquiera se lo pidamos. Constantemente nos esta ofreciendo signos en nuestra vida cotidiana; unos más significativos y los más, menos significativos. Pero, hay que mirar a nuestro alrededor con los ojos de la fe. Hay que querer ser salvados y buscar la pureza del corazón. Hay que ser humildes y dejarse curar y purificar para poder ver. Entonces, llegara la salvación, la liberación de nuestra vida.

Ser discípulo de Jesús es dejarse sorprender ante los signos que el Señor hace en tu vida, valorarlos y aprovecharlos para vivir el seguimiento con firmeza y determinación. Es avanzar en la sensatez y ser fieles como la Virgen María para responder adecuadamente en cada momento. ¿No sabes cómo? Medita en tu corazón y en tu mente el Evangelio. Escucha la Palabra de Dios con constancia y déjate de excusas. Creételo, para Dios nada hay imposible. Pídele a Dios que sepas acoger como María su proyecto para contigo, que no te dé miedo la salvación propuesta por Dios, y si es doloroso el camino de liberación, que sepas ver sobretodo el anuncio de la vida que se nos propone.