El arcángel Rafael, como narraba la primera lectura del miércoles, fue enviado por Dios para librar de sus males a Tobit y a Sara, quienes fueron escuchados en su angustia por la humilde y dolorosa oración que elevaron al cielo. El angelical personaje aparece en el relato del viaje de Tobías, hijo de Tobit, de forma casual y de absoluto incógnito con el nombre de Azarías (cap. 5); hasta el capítulo 12 no descubrirá su identidad.

El libro de Tobit nos aporta las razones de la iconografía más habitual del arcángel llamado «Medicina De Dios» (eso significa Rafael»): con un pez en la mano.

Igual que recomendábamos ayer, lo mejor es coger la biblia y dedicar un rato a leer el relato, aunque esta vez hago yo el trailer: Tobías se lava en un río y un pez le pega un buen susto. Rafael le dice que, como penitencia por tremendo atrevimiento, lo ase al fuego, pero que antes extraiga y guarde la hiel, el corazón y el hígado (6,4). La hiel servirá para curar a su padre Tobit de la ceguera causada por los excrementos de los gorriones (2,10). El corazón y el hígado lo usaron la noche de bodas Tobías y Sara, y sirvió para expulsar al diablo que mató a los siete maridos anteriores de Sara (8,3).

La medicina de Dios cura nuestras enfermedades de cuerpo y alma, y provee para ello del ministerio de los ángeles.

Para encargos más especiales por su relevancia en la historia de la salvación, acude a quienes cuentan con el más alto escalafón angelical, como es el caso de Rafael en este revelador relato que forma parte de los libros canónicos de la Sagrada Escritura.

Mañana revelará Rafael su identidad…