En esta parroquia-barracón bodas, lo que se dice bodas, no tenemos muchas, cinco en cuatro años. Pero novios tenemos a patadas, das un golpe en el suelo y aparece una pareja de novios. Como ya he hecho unos cuantos de bodas en mi vida te vas dando cuenta que el sacramento de matrimonio es uno de los más maltratados en la Iglesia. El 95% de los que vienen a hacer los cursillos prematrimoniales ya viven juntos desde hace unos años, y se vuelcan en preparar un fiestón muchas veces olvidándose de lo esencial. Cuando toca preparar la ceremonia muchos dicen:”La lectura del amor”. Creo que en muchos casos la escogen porque sale muchas veces la palabra amor, pero no se han parado a leerla despacio. Hoy tenemos oportunidad.

Lo primero es aclarar que esta lectura habla del amor de Dios, del amor como virtud teologal, es decir, el amor de Dios que luego se manifiesta en mi vida.No nos habla de un sentimiento más o menos vago de afecto hacia el otro. El amor de Dios manifestado en Cristo Jesús es el que hace que “si no tengo amor, no soy nada”. Luego cuando los novios hablan de amor y no están dispuestos a llevar una vida seria de unión con Cristo, de buscar encontrarle y seguirle juntos, no piensan rezar más en su vida… ese amor que dicen no es nada.

El amor de Dios es el que es paciente, afable, no tiene envidia… ¿Estarían los novios dispuestos a firmar ante notario que jamás se van a echar cosas a la cara el uno al otro, que van a disculpar sin límites y a aguantar sin límites? Desde luego si es sin Dios ese amor se convertirá en amor propio y llegarán los enfados, mosqueos, la rutina y el hastío.

Al igual que hablo de los novios podría hablar de los sacerdotes, religiosos y religiosas que abrazan su vocación como manifestación del amor de Dios en su vida.

Para conocer el amor hay que mirarle a la cara. A los novios siempre les recomiendo que desde ese momento empiecen a rezar juntos. Cuando se abracen a Cristo descubrirán la grandeza del don recibido de Dios y lo vivirán en su plenitud.

« ¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos?

Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocarnos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.»»

Hoy parece que el amor lo justifica todo. Pero es un amor al que hemos vaciado de contenido, sin objeto. Es un amor que nace en mí y muere en mí. Es cierto que tiene algún otro objeto en medio, pero al que sólo amo mientras me realice, me haga crecer, me sienta bien… es decir, se dirija a mí.Cuando molesta empieza a ser mal educado, egoísta y por supuesto, acaba prontísimo. Pedimos amor y desterramos de nuestra vida a la fuente del amor, por lo que vamos a beber a una charca fangosa que lo único que puede trasmitir son enfermedades.

Pero no vamos a ser pesimistas. Cuando uno se acerca al Amor, a Dios, descubre multitud de personas y situaciones en que se manifiesta el auténtico amor. Tal vez pasen ocultas para el mundo, o el mundo quiera ocultarlas, pero están ahí. Y esas son las que hacen que el mundo siga siendo un lugar habitable, donde encontramos huellas de Dios en muchas partes, donde descubrimos la sabiduría de Dios que le da la razón. os recomiendo que os acerquéis a Dios y mirar el mundo con esos ojos, se disfruta mucho más de él, se deja de estar permanentemente enfadado y se puede sonreír desde por la mañana.

La Virgen tiene esa mirada amorosa sobre el mundo, pidamos que nos conceda también a nosotros ese don.a